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El viernes 16, el Dixon, se ofrecía descontracturado. Quizás porque los organizadores, en una decisión acertada, propusieron dos fechas, y eso hizo que la gente no se agolpe para conseguir una entrada, ni antes, ni en la previa del concierto. De todas maneras, para casi las 00:00, el templo sudamericano del rock, era un manojo de fanáticos, en un 97 % ricoteros, que esperaban por la promesa (siempre) interesante de Skay en cada una de las previas.
El feeling con la gente continúa intacto. Beilinson dedicó la nueva: “Aves migratorias” a su público y regaló además, una hiper eléctrica versión de “Nene, nena”, un clásico inédito de Los Redonditos, y el amuleto infaltable: “Ji, ji, ji” casi sobre el final del show.
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